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¡Y si hay alguien de o neutro, tanto mejor! ¡Preparaos para recibir al dueño de la casa: Radio nuestro generosísimo Trimalción! *¡Gloria, gloria a Trimalción! Gloria, gloria, gloria! *¡Gloria, gloria a Trimalción! ¡Salud! ¡Perdonad, perdonad el retraso, pero.. Radio desde hace unos días tengo la barriga inflada Radio y necesito mucho tiempo para aliviarme. ¡Caramba, qué lenguaje más refinado! Pues esto no es nada. Esperad a oír lo que vendrá luego. ¡Un momento! ¿Qué os estaba diciendo? Ya no me acuerdo. ¡Ah, sí! Que mi barriga me está jugando malas pasadas. Los doctores me han recomendado infusiones. Esperemos que sean para bien. Sino, dentro de un momento oiréis un gran estampido, como de tormenta. Parece vulgar pero no lo es. Bueno, no hay nada malo en lo que he dicho. Todos, todos tenemos un poco de aire en la barriga Radio y algún agujero. Y podría ser peligroso que ese aire llegará al cerebro. ¡Creedme! Son muchos los que han palmado, por no haber hablado claro. Por eso, si alguno tiene una necesidad, por favor, no necesita andarse con cumplidos. ¡Que haga lo que tenga que hacer! ¡Qué jovencita más espabilada! Con esa cara de culo que tienes, Radio no podías hacer otra cosa. -¡Eh, acaba ya! -¿Pero es que te has vuelto loco? ¡Y tú, quédate en tu sitio y pórtate bien! No, es una chica que vale mucho. Me gustaría que fuera una de mis alumnas. ¿Qué alumna? ¡Déjala! ¡Tú, pórtate bien y vosotros, dejadla en paz! Me habéis quitado el apetito. ¡Maldita sea! ¡Acaba ya! ¡Aprovecha para comer, que no sabes cuando volverás a hacerlo! Debéis portaros bien, si queréis que seamos huéspedes de Trimalción toda la noche. ¿Qué quieres decir con lo de «portarse bien»? Muchacho, para ser recibido en las casas de los ricos, Radio tienes que seguir sus gustos y practicar el arte de la adulación. -¿Cómo? -¡Fíjate en mí! ¡Oh, queridísimo, riquísimo y poderosísimo Trimalción! Hace un momento esta sala estaba envuelta en tinieblas. Tú, por las nobles razones que indicaste, no estabas en nuestra mesa. Y, como un rayo de luz que aparece de improviso en el horizonte, Radio de un sol fuerte y reluciente, Radio has penetrado en nuestras almas, llenándolas de alegría. ¡Adivinad! ¿Quién era ese sol? ¡Trimalción! ¡Sí, sí, Trimalción! He nacido siendo esclavo, pero no soy un cretino. Sé muy bien que me has adulado para que te invite a cenar todas las noches. Me parece muy bien. Te invitaré durante una semana cada noche. ¡Adorado Trimalción! ¿Vamos a ser invitados también nosotros? De ningún modo. ¡Qué horrible, Trimalción! Han escapado todos los puercos ¡Los jabalíes, los jabalíes! ¡Por Baco! Los jabalíes son animales peligrosos. ¡Quien tenga un arma, que se defienda! ¡No te preocupes! Aquí estamos nosotros. -¡Dadme una espada! -¡Ten calma, guapo! Trimalción, ¿te encuentras mal? ¡Oh, dioses! ¿Qué me pasa? ¡Trimalción! Trimalción, ¿qué te pasa? ¡No me dejes! ¿Necesitas ayuda? ¡Largo! No quiero que me compadezcan. -¡Córtalo! -¡Corta! ¡Qué fantasía! -*¡Gloria a Trimalción! -«¡Qué maravilla! «Hay regalos para todos». ¡Qué bello! «Hay huevos de pavo y también de faisán». ¡Oh, poderosísimo Trimalción, en este preciso instante, Radio ha sonado la hora quinta, después del mediodía. ¿Habéis oído, amigos? Ha pasado volando una hora más de nuestra vida. Una hora menos de vida que nos queda. Lo sabía: las típicas tonterías. Debe ser una injusticia Radio ¡Perdonadme! Será una injusticia, pero la vida se escapa velozmente. Para mí, que soy un hombre rico, como también discurre veloz para los esclavos, Radio esos perros que ni siquiera tiene alma. Por eso, escuchad con atención lo que voy a deciros: La muerte, siempre acechante, puede llegar de un momento a otro. Gracias a los dioses, la muerte ha pasado esta vez y no me ha visto. Pero, no nos hagamos ilusiones. Mañana por la noche podría ser el momento oportuno. Y ahora, queridos amigos míos, comamos, bebamos Radio y gocemos lo más intensamente que nos sea posible. Porque éste podría ser el último día de vuestra vida. Y si mañana, por casualidad, al despertarnos comprobamos que aún seguimos en este mundo, Radio demos gracias a los dioses por permitirnos pasar un nuevo día. ¡Ésta es la manera romana de razonar y yo soy romano! ¡Y también como! ¡Que viva Trimalción! ¿Ya lo has hecho? Prueba con los dedos. ¡Trata de cogerlo y el anillo será tuyo Radio tuyo! ¡Y, ahora, éste será para ti! ¡Para ti! ¡Toma! ¡Cógelo! Es un zafiro. ¡Toma! ¡Aquí tienes otro zafiro para ti también! -¡Arrástrate! -¡Cógelo! ¡Arrástrate y muérdelo con tus sucios dientes! -¡Muy bien! -¡Gitón, sal de aquí, rápido! -He dicho que salgas. -¡Déjame en paz! ¡Eh, cobarde! ¿Por qué me has mordido una oreja? ¡Eh, vamos! ¡Guapa! Sólo las mujeres se quieren hacer las decentes. Esas mujeres que, tan pronto como les damos la espalda, Radio se entregan en seguida a los esclavos. -¡Sabias palabras! -Bien dicho. Es cierto. Yo fui esclavo y mis primeros escarceos los tuve con mis amas. ¡Silencio! ¡Dejadme oír qué es lo que pasa! ¡Oh, dioses! El techo se va a desplomar. -¡Un terremoto! -¡Rápido! ¡Sálvese quien pueda! «¡El terremoto!» Y ahora, para hacerme perdonar,