Escuchar Radios de Uruguay La Campera 92.9 FM, Radio en vivo online. La calidad y la emisión continua.

Añadir a su sitio.
<iframe loading="lazy" src="http://www.radiosonlineuruguay.com/wp-content/plugins/shoutcast-icecast-html5-radio-player/html5/html5icecast.php?id=325" allow="autoplay" frameborder="0" marginheight="0" marginwidth="0" scrolling="no" width="300" height="200"></iframe>

Sí, al final de todo. Senador Gayo. Hola. Senador Graco. No se te ve a menudo disfrutando de los placeres del populacho. No pretendo ser del pueblo, senador. Pero sí intento servirlo. Pueblo de Roma. En el cuarto día de Antioquía celebramos el to. día de los juegos. Y, con su majestuosa caridad el emperador ha otorgado este día al pueblo de Roma para honrarlo con un histórico enfrentamiento final. Tras cinco años de retiro, hoy regresa al coliseo gracias al César el único campeón invicto en toda la historia romana el legendario Tigre de Galia. Sabe muy bien cómo manipular a la plebe. Marco Aurelio tuvo un sueño llamado Roma, Próximo. No era esto. Marco Aurelio ha muerto, Máximo. Los mortales somos sombras y polvo. Sombras y polvo. Representando a la escuela de Antonio Próximo el César se enorgullece en traerles a Aelio Máximo. Lo adoptan como si fuera uno de ellos. La plebe es voluble, hermano. En un mes lo habrán olvidado. No, mucho antes. Ya ha sido arreglado. Quienes estamos por morir te saludamos. Estamos contigo, Máximo. Vamos, liquídalo. Suelten. Suelten. Atácalo. Mátalo. Mátalo. Máximo el misericordioso. Adelante, guardias. Listos para atacar. ¿Qué haré contigo? No hay manera de matarte. ¿Somos tan distintos, tú y yo? Matas cuando debes, como yo. Sólo me falta matar a alguien más. Luego se acabó. Entonces hazlo ahora. Me dicen que tu hijo chilló como una niña cuando lo clavaron a la cruz. Y que tu esposa gimió como una prostituta cuando la violaron una y otra y otra vez. Pronto terminará el tiempo para honrarte a ti mismo. Alteza. General. Atrás. General. Cicerón. General. ¿Dónde acampas? En Ostia. Te adoramos, Máximo. Alabado sea el vencedor. Dile a mis hombres que su general vive. Circula. Búscame. ¿Pueden oírte? ¿Quiénes? Tu familia, en el más allá. Oh, sí. ¿Qué les dices? A mi hijo le digo que pronto lo volveré a ver. Que cabalgue con el pie firme en el estribo. Y a mi esposa No te incumbe. Y ahora aman a Máximo por su piedad. No puedo matarlo sin parecer aún más despiadado. Todo esto es una pesadilla de locos.